Consejos para que tus hijos dejen a un lado los aparatos electrónicos

La tecnología se ha convertido en una parte esencial de la vida casi todos. Teléfonos inteligentes, computadoras, tabletas... sin duda, todos estos dispositivos ayudan a las personas en sus tareas diarias. Sin embargo, en algunos casos, también se vuelven aparatos adictivos. Los niños son los más susceptibles y vulnerables, y por ello, en este artículo te damos algunos consejos para que tus hijos dejen a un lado los aparatos electrónicos.

Sé un ejemplo

Los niños imitan el comportamiento de sus padres. Copian la forma en que hablas, las cosas que dices y también tus hábitos diarios. Si tus niños te ven enganchado al teléfono, sin participar en las conversaciones familiares, entenderán que este es un comportamiento aceptable y que ellos pueden usar sus teléfonos todo el tiempo.

Si dejas tu teléfono a un lado y limitas su uso diario, estás dando un buen ejemplo en tu hogar. Tus hijos comprenderán que existen periodos específicos para usar aparatos electrónicos. Al limitar el uso de las tecnologías, también pronto se darán cuenta de que hay otras formas de divertirse.

Fomenta las conversaciones cara a cara

Una forma sencilla de conseguir que tus hijos aparten los aparatos electrónicos es manteniendo conversaciones con ellos. Cuando estés en la cocina, en el salón o en cualquier otra estancia de la casa, apaga todos los aparatos y disfruta de una entretenida conversación con tus hijos.

Puedes hablar acerca de cómo les fue en la escuela o comparar opiniones sobre un libro que hayan terminado de leer. En realidad, los temas de conversación son ilimitados; el objetivo es que sean charlas ricas para que la comunicación fluya.

Carga los aparatos en tu recámara

Si dejas que los aparatos se carguen en la recámara de tus hijos por la noche, lo más probable es que aprovechen esta oportunidad y salten de su cama para jugar con sus aplicaciones favoritas.

Para mejor aprovechar las horas de sueño y contribuir a su calidad, no debería de haber televisiones ni aparatos electrónicos en las habitaciones. Si tienen una tableta para ver sus series favoritas, asegúrate de guardarlas antes de ir a la cama.

Procura cargar los aparatos a lo largo del día, cuando todos están en la calle o en la escuela, o cuando se encuentran trabajando o haciendo los mandados. De esta forma, cuando llegues a la casa, los dispositivos estarán cargados y no tendrás que dejar los aparatos en el cuarto de tus hijos.

Establece un horario

Al igual que tus hijos tienen un horario para hacer las tareas, bañarse, cenar y ver la televisión, también deberían de tener un periodo determinado para utilizar sus aparatos electrónicos.

Crea un horario familiar que todos deben mantener día con día. ¿Cuánto tiempo vas a permitir que se usen los aparatos electrónicos? ¿Treinta minutos? ¿Una hora?

Dependiendo de su edad, el límite permitido variará. Pero si tus hijos tienen entre dos y cinco años, es recomendable que el uso se limite a menos de una hora. Un artículo publicado por CCN explica cuál debería de ser el límite para cada edad.

Determina las consecuencias

¿Qué sucede si uno de tus hijos sobrepasa el tiempo que puede dedicar a usar aparatos electrónicos? ¿Y si se escabullen hasta tu habitación y toman el teléfono o la tableta?

Al igual que harías en otros casos, aquí también deberías determinar cuáles serán las consecuencias por uso inapropiado. Si solo tienen permiso para jugar con sus teléfonos inteligentes por una hora, y uno de ellos permanece dos horas con el aparato, debes decidir cuál será la consecuencia. ¿Una semana sin poder usar estos dispositivos tecnológicos?

También deberías estar al tanto del tipo de contenido que consumen cada día. La mayoría de los teléfonos inteligentes y tabletas tienen una aplicación o servicio de control parental. Aprovéchate de estos avances para fomentar el uso razonable en estos aparatos.

Como todo lo demás, establecer un hábito saludable para el uso de aparatos electrónicos lleva tiempo y paciencia. Sin embargo, una vez puesta en práctica una estrategia que funcione, recogerás la cosecha de lo sembrado y pronto verás cómo el haber limitado el uso de estos dispositivos beneficia a toda la familia.

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