Aprende cómo cambiar una llanta ponchada

Flat Tire

En algún momento de tu vida, te vas a encontrar con algo en el camino que te ocasionará una ponchadura de llanta. Si esto te sucede en una área donde no hay un taller mecánico cercano, saber cómo cambiar la llanta será tu salvación.

A la primer señal de que algo no está bien — Oríllate

Si tu auto empieza a brincar o a ladearse y no es a causa del camino, oríllate a un lugar seguro inmediatamente. Si tienes servicio de asistencia en carretera, llámalos para pedir ayuda o si puedes, trata de solucionar el problema por cuenta propia.

Averigua cuál fue el daño

Necesitas averiguar qué tanto daño se ha ocasionado. Si la llanta se ve, aunque sea un poco dañada, necesitas cambiarla y reemplazarla por una nueva. Si no se ve muy dañada, intenta llegar a un taller para que la puedan parchar.

Comienza a arreglar el problema
Prende las luces intermitentes de tu auto y revisa si tienes, en la cajuela, todas las herramientas necesarias: llanta de refacción inflada, llave de cruz y gato hidráulico.

Afloja las tuercas

Antes de hacer cualquier otra cosa, tienes que aflojar las tuercas angulares que sujetan la llanta al coche.

Eleva el auto utilizando el gato hidráulico

Busca en el manual o encuentra el “lugar perfecto” en tu auto para montar el gato. Con la ayuda del gato hidráulico, eleva tu coche hasta que la llanta ya no toque el piso.

Cambia la llanta

Quita las tuercas y desmonta la llanta. Guarda las tuercas angulares dentro de la ranura de la llanta o del rin; las vas a utilizar después. Monta la llanta de refacción en el coche.

Coloca las tuercas que acabas de quitar en la llanta que montaste y apriétalas hasta que no puedas mover más la llave de cruz. Baja el auto hasta que la llanta de refacción toque el piso y aprieta las tuercas un poco más. Asegúrate de apretar las tuercas hasta que sea prácticamente imposible mover la llave de cruz. Esto requiere algo de fuerza y tiempo. Desmonta el gato y guarda todas la herramienta en la cajuela.

La llanta de refacción ya está instalada

¡Felicidades! Acabas de cambiar tu primer llanta y lo puedes hacer otra vez cuando lo necesites. Recuerda que si estás manejando con una llanta de refacción, la cual posiblemente sea de un tamaño diferente a las llantas de tu carro, tienes que manejar más despacio y con mucha precaución. Una buena regla general es conducir a menos de 50 millas por hora, y asegurarte de instalar una llanta nueva en tu carro lo más pronto posible.

 
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